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El carroñero feminismo capitaliza un execrable crimen

24/12/2018

Por J.M.Pérez



Los agitadores profesionales, los mass media y la élite política apesebrada han aprovechado descarada, y vergonzosamente, el asesinato de Laura Luelmo para organizar una de las más descomunales campañas de propaganda al servicio de la ideología de género.
 
Criminalizar a todos los hombres (blancos y heterosexuales) y provocar una enconada situación de división social sin precedentes ha sido el punto álgido de la patrimonialización infame que el feminismo ha hecho respecto al dantesco crimen cometido por Bernardo Montoya, un sujeto condenado por violación, y no rehabilitado, que a los dos meses de salir de la cárcel mató fríamente a la joven Laura.
 
La matraca mediática feminista, en su auto de fe contra los hombres, ha aprovechado la creciente ola social favorable a la cadena perpetua que hubiera evitado el asesinato de Laura, no para demostrar su defensa del bien jurídico de la vida y la libertad de la mujer sino para alertar del fantasma del “fascismo y el heteropatriarcado”. 
 
Aunque las feministas, con la ayuda de los medios de intoxicación informativa, dibujen España como un infierno apocalíptico de crímenes, es sólo su alucinación peligrosa y falsaria. España ha sido siempre uno de los países con menos tasa de homicidios de Europa y del mundo. Otros países de los considerados “civilizadísimos” como Francia, Reino Unido o Alemania siempre nos han superado holgadamente. Las tasas de violaciones a mujeres de Belgica, Suecia o Alemania triplican a la de España. España está entre los países europeos que más libertad y seguridad proporcionan a la mujer a nivel jurídico, económico, laboral y social, y así lo determinan todos los marcadores independientes. 
 
Los principales episodios de violencia que hoy nos asolan vienen precisamente por otros “costales” no denunciados precisamente por las feministas. No nos hemos enterado, porque ninguna tele se ha hecho eco en la cabecera de sus informativos ni ninguno de los grandes medio escritos lo ha sacado en portada, de que un peligroso violador argelino cargado de antecedentes ha sido detenido en la provincia de Valencia tras robar y agredir a una anciana. Tampoco hemos sabido que ocho menores de un “centro de acogida” han abusado sexualmente de una menor en Murcia. Nada nos han contado de que ha habido dos detenidos por intento de homicidio con degollamiento. De puntillas ha pasado el hecho de que han sido detenidos dos presuntos yihadistas. El común denominador de todos los criminales perpetradores de estos actos es que son africanos o magrebíes presentes en suelo español y con antecedentes penales conocidos. 
 
Es, en este momento histórico en el que la podredumbre feminista valida y protege la entrada masiva de inmigrantes culturalmente liberticidas y anticristianos, cuando estamos observando la mayor sucesión continuada de episodios criminales y de violencia contra la mujer jamás antes conocida. Entre 2017 y 2018 las “manadas” violadoras de inmigrantes han brillado en un sinfín de actos delictivos acallados en los grandes medios por la estela de la corrección política. 
 
En su obnubilación contra la cultura cristiana y la entelequia del “heteropatriarcado opresor”, las feministas seguirán defendiendo siempre las “segundas oportunidades” y la “reinserción” para los violadores siempre que sean de otras razas, y proseguirán blanqueando la “pacifica” cultura islámica como encumbradora de las libertades y derechos de la mujer.

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