Las leyes, normas, presupuestos y demás elementos que componen el orden social en una nación, nacen precisamente del dialogo en los distintos parlamentos, entre ciudadanos de todas las partes de la nación.
Por otra parte, rebajándonos al nivel de la negociación ¿Qué frutos esperan recoger? Ya dije que los objetivos del independentismo son violar una sentencia judicial (una sentencia a mi juicio muy laxa y suave para los políticos presos catalanes) y establecer un referendum de autodeterminación en Cataluña (para eso hay que hacer antes una reforma constitucional que debería ser refrendado después por todos los ciudadanos españoles que compartimos el mismo espacio soberano).
Hasta entonces, el independentismo solo ha establecido intentonas de doblegar al Estado, provocar desorden social e intenat robar un trozo de territorio de forma autoritaria sin tener una mayoría social que les apoye. Un territorio que es tanto del señor Quim Torra, como de un tío de Albal, de Mallorca, de Madrid o como de uno de Palmas de Gran Canaria.
Solo los ambiguos, los que acaban confabulando con el separatismo, como es el caso de la izquierda española empapada de hispanofobia negro-legendaria, defienden la palabra «diálogo», una palabra comodín que les permite la comodidad de no mojarse en el conflicto como buenos pusilánimes que son. Pero no son tan tontos como parecen, porque ellos siguen la agenda marcada por los organismos globalistas del capitalismo,y lo que buscan con esa palabra es llegar a la mal llamada «tercera vía» que es imponer un Estado Federal asimétrico con mayores privilegios a las regiones más ricas y troceando aun más la soberanía de los españoles, creando ciudadanos de primera y de segunda, y por supuesto bajo la dominación de la Unión Europea y del capitalismo global.
0 comentarios