El descubrimiento y posterior conquista de América tuvo una importancia fundamental en el transcurso de la historia universal en varios aspectos.
Por una parte, se completó el mapa del mundo, se cambió la imago mundi, es decir, la imagen que se tenía de la tierra adecuándola a la realidad. Esto propició varios efectos, como el intercambio de productos y costumbres, espolear la revolución científica o aumentar el conocimiento humano de un modo sin precedentes. En poco tiempo no quedó un rincón del planeta que estuviera completamente aislado del resto, lo que significa que, desde el descubrimiento, da inicio la historia verdaderamente universal. En ese sentido, queda claro que la auténtica hazaña americana no fue tanto el llegar al nuevo continente, como el incorporarlo a la historia universal, por lo que el falso debate sobre su hubo vikingos que arribaron antes que Colón a las costas de Norteamérica no tiene sentido. Además, el concepto imperial español hizo nacer la Hispanidad como concepto cultural y moral, siguiendo los pasos de Macedonia y de Roma (incluso a un nivel moral superior a estas en opinión de Maeztu), marcando el camino a otras potencias europeas (lo que quisieron ser ellas, como nos recuerda García Morente, es lo que España fue primero) camino que por desgracia no siguieron, imponiéndose el modelo anglosajón basado en el exterminio de indígenas.
Desde el punto de vista religioso y en palabras del poeta, se le robó un continente al mar y a la barbarie bajo el signo de la cruz. Esto, para los creyentes, atrajo a millones de almas a la fe verdadera y garantizó durante siglos que la palabra de Dios fuera escuchada en todos los rincones del planeta, devolviendo, a decir de Menéndez Pelayo, cien pueblos a la fe verdadera por cada uno que le arrebataba la herejía en Europa, pero incluso para quienes no lo sean, supuso una transformación clave al abandonarse el culto a dioses arcaicos y violentos que exigían sacrificios humanos y pasar a adorarse a un Dios del amor universal. Desde el punto de vista político aseguró el predominio de Europa sobre la historia universal en los siguientes cinco siglos. Otro favor que Europa debe a España.
Uno de los mitos tradicionales básicos de Europa hace referencia al fin geográfico del mundo situado, o bien en el cabo de Finisterre, cuyo nombre significa precisamente eso: finis-terre, el fin de la tierra; o al sur, entre el estrecho y el norte de África, donde la mitología situaba las famosas columnas de Hércules que marcaban el fin del mundo con la inscripción: “Non plus ultra”. No más allá. Universalizar la Civilización completando el mapa del mundo. Quitar el “Non” a la inscripción de las columnas. Aventurarse a descubrir que había más allá. Ese es el mérito de un pueblo aventurero. Desde entonces las columnas con la inscripción “Plus Ultra” forman parte básica de los símbolos heráldicos y de las señas de identidad españolas.
En los últimos tiempos se ha pretendido mancillar la gesta del descubrimiento e inducirnos a avergonzarnos de ella, acusándonos a los españoles de genocidas, ladrones de oro y otras estupideces. Pues bien, desde Valentia Forum afirmamos que los españoles no nos arrepentimos, que no nos avergonzamos de nuestra historia, que estamos orgullosos de nuestros antepasados y que no lograran que los despreciemos por mucho que lo intenten. El orgullo español comienza a resucitar y nada ni nadie podrá detenerlo.
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