Por J.M.Bou
El otro día hicieron un vergonzoso documental en la tele sobre Woodstock con motivo de su 50 aniversario, con el típico tono progre-bobo laudatorio. Particularmente tengo una visión algo más crítica.
Los asistentes a Woodstock decían defender el feminismo, pero las mujeres fueron usadas como objetos sexuales, decían defender el ecologismo, pero llenaron el campo de basura. Triunfaron el hedonismo, la irresponsabilidad, el «sexo, drogas y rock and roll» y retrasaron décadas el debate político, musical y cultural tiñéndolo de infantilismo.
Las consecuencias fueron la popularización del uso de las drogas en toda una generación, lo que costó la vida a millones de personas, y, como mayo del 68 en Europa, el abandono de la izquierda de las masas proletarias como objeto de su actividad y de la justicia social como aspiración para centrarse en los jóvenes pijo-progres sin problemas reales, las perversiones sexuales y las drogas, iniciando el proceso de decadencia, que ha llevado al actual predominio ideológico del marxismo cultural.
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